Parlamentarios franceses coincidieron aquí en destacar la importancia histórica de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que constituye un nuevo modelo de unidad y desarrollo en beneficio de los pueblos de esa región.
Se trata de una estructura en cuya creación se venía trabajando desde hace tiempo y que no pretende ser una copia de lo existente hasta ahora, aseguró el senador por el gubernamental Partido Socialista, Bernard Piras, presidente del Grupo de Amistad Francia-Caribe en la cámara alta.
En declaraciones a Prensa Latina, el legislador aseguró que es muy importante observar las nuevas formas de cooperación, desarrollo y unidad, aún en medio de disparidades económicas, como las existentes entre Brasil y Centroamérica, por ejemplo.
Gracias a ello, agregó, cuando la Celac encara negociaciones en el plano internacional, lo hace con la fuerza de una sola voz, lo cual es siempre mucho mejor que si se tratase de un pequeño país aislado.
Respecto a la presidencia pro tempore ejercida por Cuba a lo significa hoy si se tiene en cuenta la historia pasada de Latinoamérica, con gobiernos entregados, dictaduras militares y golpes de Estado, debido a un modelo político impuesto desde Washington sobre todo ese continente», dijo a esta agencia el parlamentario.
Chassaigne, presidente del Grupo de Amistad Francia-Cuba en la Asamblea Nacional, aseguró que esos pueblos están en una etapa crucial hacia una nueva independencia, destinada a crear su propio desarrollo fuera de la dominación imperialista.
Lo que está pasando en América Latina y el Caribe es totalmente diferente a lo ocurrido en la Unión Europea donde, señaló, la integración no está en función de los intereses de los pueblos, sino de las grandes transnacionales y la dominación de los países del norte sobre los del sur.
«Yo pongo como ejemplo concreto el modelo de cooperación establecido entre Cuba y Venezuela. Es una nueva forma de compartir los recursos de uno y otro, pero no en busca de un beneficio mercantil o económico, sino para lograr el desarrollo mutuo, es increíble», destacó.
De acuerdo con el diputado, la presidencia de la Celac otorgada a La Habana terminó de romper el cerco ideológico que Estados Unidos trató de imponer contra la isla, también sometida a un férreo bloqueo económico.
«Es de una dimensión simbólica muy fuerte, pero también de un gran valor político que muestra cómo los otros pueblos y Estados, un día atados por las amenazas estadounidenses, tienen ahora el coraje de reconocer y apoyar a Cuba», precisó Chassaigne.
Conociendo Cuba en Panamá 