En 1945, en la ópera de San Francisco, delegados de 49 Estados, en lugar de levantar la mano, se pusieron de pie y en magna ovación, aprobaron por unanimidad la piedra angular del sistema multilateral y del derecho internacional moderno. Era, por supuesto, el final de la Segunda Guerra Mundial.
Si hoy se sometiera a votación el texto de la Carta de las Naciones Unidas con seguridad no podría aprobarse. Y no nos referimos a sus órganos o a los debatidos privilegios de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad o el sacrosanto derecho de veto, sino a sus principios y propósitos.
El sistema multilateral está basado en principios tales como el de igualdad soberana de los Estados, respeto a la integridad territorial e independencia política; no intromisión en asuntos internos, la abstención de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza; el rechazo a la aplicación de medidas coercitivas unilaterales y el compromiso con la resolución pacífica de controversias. Seguir leyendo La Carta de las Naciones Unidas no podría aprobarse hoy