#Venezuela es asediada por la guerra mediática

Es realmente indigno cuando observamos como un secretario de OEA, de un órgano que se dice ser representante de los pueblos de América Latina y de Caribe, defiende y promueve que la fuerza opositora en Venezuela cometa estos actos violentos y terroristas y para colmo, les apoya públicamente y nos cabe preguntarle al señor secretario de la OEA si este permitiría o autorizaría a que fuera empleado uno de sus nietos (as) pequeños, o en edad de la adolescencia a que participara en una marcha opositora en Venezuela con esos terroristas y violentos pagado por la Oposición y el gobierno de los EE.UU para defender los intereses de un grupo de burgueses que lo que pretenden es seguir saqueando al pueblo y sucumbir a su gente en  la miseria como hoy sucede en España donde las personas se suicidan por no poder aguantar la situación de falta de empleo, de ausencia de política encaminadas al reparto de las riquezas por igual, así como de programas sociales que contribuyan al derechos de todos a una educación gratuita en todos los niveles; así como de la salud.  Porque el secretario de la OEA no denuncia los maltraros y abusos de la autoridades militares y policiales del gobierno de Temer en Brasil que exigen la renuncia de ese presidente corrupto que permite el soborno y el cobro de coimas de su circulo cero. Usted señor Almagro, es un títere más del imperio del norte y del neoliberalismo. 

Por HAYLÉ GABRIELA GÓMEZ PEÑA / CIUDAD CCS

La periodista Larissa Costas señaló que en el mundo es más conocido el presidente de la República, Nicolás Maduro, que el nombre del jefe del Estado Islámico gracias a la guerra mediática.

“Esto se debe a la cobertura mediática que se realiza a nivel internacional para desprestigiar a un Presidente legítimamente electo y lograr derrocarlo”, explicó durante el I Foro Internacional sobre Violencia y Operaciones Psicológicas en Venezuela, realizado en la Casa Amarilla en Caracas, sede de la Cancillería de Venezuela.

Costa denunció ante los psicólogos el desarrollo de una guerra no convencional para inocular el odio en una parte de la población. “Los linchamientos son justificados por algunos ciudadanos, esto es un hecho grave”, agregó.