Esto sucede cuando no hay un consenso e interés común en una sociedad diversificada y rica en los orígenes de las descendencias asentadas en una nación, y donde pretende imponer una sola cultura basadas en las religiones y cultura anglosajona, la cual se considera superior a todas las existentes. Eso no tiene otro calificativa que no sea violación de los derechos civiles y humanos de las personas. Entonces, vemos como el gobierno de los EE.UU no contribuye ni destina fondos para el desarrollo de la educación publica en esos barrios, donde muchos de los hombres y mujeres dieron su vida por ese país. Y se dice ser el defensor de los DDHH del mundo, cuando es el que primero fomenta el racismo y la discriminación en su sistema de justicia.
Zion Utsey levanta los ojos de su ordenador para hacer una pausa en sus lecturas para el examen de ingreso a la universidad, y repiquetea los dedos rítmicamente sobre la mesa de madera del comedor.
“Mire, es el tipo de cosas con las que uno se gana un problema en la escuela”, afirma su madre y docente, Monica Utsey. “Pero sé que cuando está contrariado o reflexionando, se detiene y tamborilea sobre la mesa durante cinco minutos”.
Aunque esté en su casa, este joven de 17 años está indiscutiblemente en la escuela: forma parte, con su hermano de 10 años, Ayinde, de los cerca de 1,8 millones de jóvenes estadounidenses que reciben educación en sus domicilios. Seguir leyendo EEUU: Crece educación desde la casa de familias decepcionadas con el sistema tradicional